Compost de hojas secas: los consejos más interesantes
7 de enero de 2025

En otoño, invierno…. nos encontramos con cantidades de hojas caídas sobre el huerto que es muy interesante recoger.
Las hojas recién caídas atraviesan varias fases: desde un manto superficial a un humus bien descompuesto en parte mezclado con la tierra mineral.
Además de ser una fuente de materia orgánica, aunque requiere una técnica a la hora de conseguir que se descompongan adecuadamente, es también una oportunidad de disfrutar, de tomarse un tiempo para recogerlas y observar la paleta o gama de colores que nos ofrecen todos y cada uno de los árboles, por su belleza cromática y también porque nos ayudará a conocerlos mejor.
Los árboles tienen un sistema radicular muy largo con el que extraen nutrientes del subsuelo y lo llevan a las hojas, convirtiendo las hojas secas en un excelente recurso para el huerto, pues contienen dos veces el volumen mineral del estiércol.
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El estiércol es el mejor suplemento de nitrógeno. Una mezcla de cinco partes de hojas por una de estiércol favorecerá la descomposición rápidamente. El mantillo enriquecido con nitrógeno extra puede mezclarse directamente con tierra o añadirlo al montón de compost.
¿Qué aportan a la tierra el compost de hojas?
La abundante fibra que contienen ayuda a mejorar la aireación y la estructura de la mayoría de las tierras.
Muchas personas no utilizan las hojas en el compost porque tienden se apelmazan y resisten a la descomposición, pero solo tenemos que seguir unas pautas generales.
Si no tenemos ánimo de triturar los materiales y hacer un compost especial, podemos apilar simplemente las hojas muertas al lado de dicho montón de compost y añadir regularmente un puñado sobre los desechos de cocina a lo largo de todo el invierno.
El mantillo de árboles de hoja caduca es algo más rico en sustancias minerales como potasio y fósforo que el de las coníferas. El nitrógeno que contiene varía del 0,2 al 5%.
¿Cómo compostar las hojas secas?
Las hojas caídas no se transforman de la misma manera. Las de abedules, arces, fresnos, y la mayor parte de los árboles frutales, se descomponen fácilmente, pero cuando se compactan habrá que mezclarlas con materiales triturados.
Para evitarlo alternamos una capa de hojas (en torno a los 25 cm. de espesor) con otra de ramas trituradas (una capa de dos dedos será suficiente), otra de residuos vegetales procedentes de la cocina o cortes de césped, dejando la última capa de hojas. De vez en cuando hay que removerlo y de esta manera siempre tendremos un compost con hojas secas listo para su uso.
¿Cómo se comportan las hojas para el compost?
Las hojas que se descomponen fácilmente son también un material ideal para cubrir los barbechos o zonas sin cultivos, con una capa ligera de 10 a 20 cm. sobre la cual dispondremos algunas ramas para evitar que las hojas vuelen. Ayudará al suelo a pasar un buen invierno. En primavera recogeremos con un rastrillo los restos y los pondremos en el montón del compost.
Las que se descomponen con mucha más dificultad: si tenemos muchas hojas de haya, nogal o álamo, las trituramos con la trituradora –y, en caso contrario, con ayuda del cortacésped. Esto desmenuza su dura epidermis y se descompondrá más rápidamente.
Añadir desechos de recolección y materiales triturados también acelera la descomposición. En este caso igualmente formaremos el montón en capas sucesivas.
Las hojas difíciles de descomponer pueden servir para cubrir los montones de compost. Una preparación específica, por ser unas hojas muy difíciles de descomponer, es el llamado compost de coníferas, en el que solamente se utilizan hojas y ramas de plantas resinosas (pinos, abetos, cipreses, etc.) sin mezclarlas con otros materiales.
Si te vienes arriba y quieres aprovecharlas, previamente hay que sumergirlas en agua durante siete días. Con esta inmersión habremos iniciado su pre descomposición: finalizados los siete días de impregnación, el material se amontona y deja fermentar durante 21 días.
Transcurridos esos días de fermentación, desharemos el montón, lo aireamos y formaremos un montón definitivo de forma trapezoidal, con las siguientes proporciones: para una base mayor de 5 m, una altura de 3,5 m y una base menor de 2,5 m.
Finalizada la construcción de dicho montón, lo cubriremos con tierra y ramas, dejándolo madurar durante tres meses.
Consejos para compostar hojas
- No hay que dejar las hojas sueltas en el suelo porque si no perderán todo el nitrógeno.
- Esto, combinado con la deshidratación de las células, las hace mucho más resistentes a la descomposición que cuando se usan frescas.
- Una malla de alambre colocada en círculo es el mejor recinto para fabricar mantillo de hojas. Reúne hojas y mojalas a conciencia; luego debes aplastarlas en el recinto.
- Las hojas son ligeramente ácidas. Si tus plantas no necesitan un acolchado ácido, añade algo de cal antes de aplastarlas.
Si vamos al bosque, veremos que él realiza su propio compost de hojas secas…
Todo lo que hemos explicado en el post es ayudar a lo que hace la propia naturaleza.
El mantillo de hojas muy desmenuzado lo encontrarás en el suelo del bosque. Por primavera o verano se descompondrá lo suficiente para servir como acolchado que se va convirtiendo en un humus desmenuzado.
El mantillo de hojas se encuentra en el bosque en una capa anterior al suelo mineral. Tiene la cualidad de descomponerse lentamente, proporcionando nutrientes a las plantas gradualmente, y de esa forma mejora la estructura del suelo.
La capacidad del mantillo de hojas para retener la humedad es asombrosa. El subsuelo puede retener solo un 20% de su peso en agua; la superficie retendrá un 60%; pero el mantillo de hojas puede retener del 300% al 500% de su peso.
Esperamos que te haya gustado este post y te dejamos algunos enlaces a post relacionados que te pueden interesar;)
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